martes, julio 11, 2006


Serie: ¡Vamos Argentina!
junio de 2006
Las siguientes imágenes y textos corresponden a la segunda serie de obras realizadas por el grupo a manera de souveniers, para ser entregados en las distintas fechas de presentación de la selección Argentina durante el Mundial 2006.
La ocasión vale para que el mercado pudiera ofrecernos la mayor diversidad de productos nacionalistas: la camiseta, hasta para el perro, cuellos polares, gorras, silbatos, ropa interior, tutucas, sal fina, vasos, golosinas, tortas, etc.
Durante el mes que duró el Mundial no podía faltar en los hogares argentinos a los que les interesara ser patriotas, la bandera (obvio) y cualquiera de estos productos para alentar a los chicos de Pekerman.
Té de peperina acompañó este proceso, festejó los goles, aprovechó para pintarse, pero además intentó reflexionar ironizando acerca de la situación y los hábitos que se generaban en éste contexto.
Por eso salimos a la cancha, nosotras también, a regalar algunos textos acompañados de objetos que sirvieran para darnos cuenta que, además de los partidos, durante los mundiales ocurren otros acontecimientos.
De fútbol, mundiales y realidades

No. No sólo los jugadores son los que acaban exhaustos y agotados después de los partidos de la selección. Para los que los seguimos por la pantalla o la radio... es mucha tensión, mucha adrenalina, muchos, muchos nervios.
En frío a veces uno se pregunta porqué un “simple juego de 11 contra 11 corriendo atrás de una pelota” se convirtió en una práctica y un espectáculo increíblemente masivo y fue generando y activando a través de la historia tantos intereses encontrados, tanto movimiento económico, político, cultural y social a su alrededor: ¿qué tiene el fútbol para atraer semejante cantidad de gente y de lugares tan diferentes? ¿qué tiene como para que cuando la pelota comienza a rodar y el espectáculo se pone en marcha todo se paralice, todo se iguale y no exista nada más que eso? De manera aproximativa se podría decir que, además de la atracción propia del juego en sí y de su relativamente fácil y accesible aprendizaje, el fútbol a nivel de selecciones es de las pocas instancias, quizás la más importante, que permite poner en juego la identidad de los pueblos y hace factible su confrontación con otros en el plano simbólico. Se juega por la camiseta, por sus colores, los de nuestra bandera, por su honor y su respeto. Se siente que el equipo, una vez en la cancha, está representando algo propio de cada uno. Ellos juegan, nosotros jugamos con ellos.
Quizás por ello se pueda entender, en parte, que la gente se movilice en masa por el fútbol. Quizás por ello se pueda entender tanta expectativa, tanta pasión, tanto fervor puesto. Fervor que, para algunos (con una mirada a veces limitada a la mera comprensión racional), roza con estupidez. Porque mientras el mundial se pone en marcha, mientras la gente “está en otra”, “embobada”, los políticos aprovechan para subirse los sueldos y viáticos o tomar medidas impopulares, comerciantes y empresarios para subirnos los precios y así otros. Si nos enteramos, es de pasada, por comentarios aislados o titulares secundarios en la prensa.... Mientras, como bien canta Serrat, “vuelve (sigue) el pobre a su pobreza, vuelve (sigue) el rico en su riqueza”. Razones para afirmarlo tienen.
Nos movilizamos para ver un partido y festejar un triunfo. Poco lo hacemos para defender una idea, reclamar lo necesario, recordar nuestro pasado o el sufrimiento ajeno. Pero no se debería imputarle al fútbol toda esta indiferencia. Sería un análisis realmente cómodo y costumbrista. Tampoco debería subestimarse la amplitud y pluralidad de las manifestaciones populares que se viven con el fútbol. Hay en ellas una impronta propia de nuestra idiosincrasia para nada desechable. Pero sí sería interesante que tales expresiones no se limitaran al fútbol, que en estos tiempos no sea lo único que nos movilice y que nos importe. Lo dice un futbolero de alma, que casi no se perdió partidos de este mundial, también como autocrítica, y que, no por ello, va dejar de ver todos los partidos que pueda.

Franco Reyna- Estudiante de Historia. UNC.

Argentina vs. Costa de Marfil
caja objeto - cartón + tutucas

La gente va muy bien
en cualquier acto público,
para llenar la cancha
y hacer la ola.
La gente va muy bien
para ilustrar catálogos,
para consumir mitos
y seguir la moda.
(…)
La gente va muy bien,
yo puedo asegurárselo.
Conozco esos plebeyos …
¡Soy uno de ellos!
(…)

La gente va muy bien
para enjugar las lágrimas,
para darse un abrazo
y entrar en calor.
La gente va muy bien
para vencer obstáculos,
para darnos sorpresas,
recobrar la memoria
y emplear la cabeza
para cambiar la historia …

“la gente va muy bien” de Joan Manuel Serrat
en “Nadie es Perfecto”, 1994


Argentina vs. Serbia y Montenegro
polipropileno + papel creppé.

(…)
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel,
verdes, rojas y amarillas
(celestes y blancas)

(…)

Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.

(…)
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal
la rica vuelve al rosal
y el avaro a las divisas.
Se acabó …
el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvido
que cada uno es cada cual.

Joan Manuel Serrat – Fiesta - en “Mi niñez” - 1970





Argentina vs. Holanda
prendedor - galleta + glasé

Los recuerdos suelen
contarte mentiras.
Se amoldan al viento
amañan la historia.

(…)

Y por más que tiempos felices
saquen a pasear de la mano,
los recuerdos suelen ser tristes
hijos, como son, del pasado,
de aquello que fue y ya no existe.

(…)

Los recuerdos – Joan Manuel Serrat.



Argentina vs. Méjico.
set de festejo.
bandera + maraca + porra + guirnalda.


Me han preguntádico varias persónicas
si peligrósicas para las másicas
son las canciónicas agitadóricas
(…)
Varias matáncicas tiene la histórica
en sus pagínicas bien imprentádicas.
Para montárlicas no hicieron fáltica
las refalósicas revoluciónicas.
El juramento jamás cumplídico
es el causántico del desconténtico.
(…)

“Mazúrquica modérnica”– Violeta Parra en Tarrés Serrat.



lunes, julio 10, 2006

La pelota, la soga y la lapicera

El 4 de julio se jugará la semifinal del Mundial de Fútbol. Confiados en que dios vuelva a darnos una mano, vamos a estar ahí jugando y ganando. Otro triunfo para la Argentina, el país que sobresale mundialmente por lo bien que manejamos la pelota (nada de desempleo, inflación, bancos que roban y otros pormenores que a nadie le importan). Ganar la copa, ese es el deseo de todo un país, ese es evidentemente nuestro deseo también. En el medio de trompetas, papelitos azules y blancos y gritos eufóricos aparece una propuesta artística diferente. Los concurrentes al Centro de Capacitación Laboral presentan ese día la obra de teatro La Soga en el Teatro Municipal Comedia. Parece una forma de romper el mito… el país no se paraliza cuando argentina juega por la Copa del Mundo. Todavía quedan espíritus inquietos que desean mostrara sus creaciones, sus capacidades, en este caso sus actuaciones sobre un escenario importante. Dadas las circunstancias pensamos que sería buena idea reunirnos todos en el Teatro a ver la obra como una forma de celebrar el tan ansiado triunfo de la selección (suponiendo que ganen primero contra Alemania y entonces dicho partido). La entrada cuesta solo cinco pesos por persona y la obra empieza a las 21 horas; vale acercarse con remeras, gorros o afines a la selección.
Y ya que hablamos del Mundial, de una pelota que decide la posición de los países, de las cosas que realmente importan y de todo lo que pasa desapercibido mientras Pekerman y sus chicos se preparan en Alemania, llega a nuestra Institución una caja enviada por el Ministerio de Educación. Esa caja contiene una parte esencial en la definición del futuro de Argentina… No, no nos mandaron al arbitro del próximo partido; se trata de los ejemplares de documentos propuesta sobre la Ley de Educación Nacional. Estos documentos contienen propuestas y algunas preguntas al final para pensar y discutir cuáles serían las mejores transformaciones en materia de educación. En cada servicio de la Institución y hay algunos ejemplares para tal fin. Las agendas políticas/deportivas/artísticas/educativas a veces coinciden. Saludos.

Lorena Decca – Estudiante de Comunicación Social – UNC.



Argentina vs. Alemania.
jabón + papel.

Cuando intentan atrapar al camaleón
bajo una estera,
el camaleón toma el color de la estera
y se confunde con ella.
Cuando intentan atrapar a un cocodrilo
en el lecho del río,
el cocodrilo toma el color del agua
y se confunde con la corriente.
Cuando intente atraparme el Hechicero,
¡que pueda yo cobrar la agilidad del viento
y escapar de un soplo!

“Sortilegio yoruba contra el enemigo”,
en Memoria del fuego I, Los nacimientos.
Eduardo Galeano, 1982.